El mundo está cambiando

Vivimos tan obcecados de nuestro propio ombligo, que no captamos la realidad de lo que sucede, porque la misma está adaptada a las circunstancias del poder global.

Nos sentimos héroes, de una virtual e inexistente realidad, aplaudimos como tontos, como robots con cacerolas, con aire infantil desde nuestros balcones.

Señalamos con el dedo, desde ese mismo trono de pantomima a aquellos vecinos que no cumplen un confinamiento, que no deja de ser, una vulneración total y definitiva de nuestros más profundos Derechos.

Mientras eso hacemos, el Universo avanza, despacio, cauteloso, y perdemos partes de existencia que nos harían un TODO con la parte Natural.

JMMC