Las “Fake News”: una cuestión geopolítica

|

El presente artículo abordará uno de los temas más en boca de los últimos años y que cada vez tiene más repercusión tanto en la esfera política como en la social, ergo, la geopolítica. Las fake news y la consiguiente desinformación propiciada por los medios de comunicación, han generado numerosos debates tanto en el contexto nacional como internacional  acerca del uso de las redes y de los medios de comunicación  como herramientas o incluso armas políticas para desestabilizar (La campaña del Brexit, por ejemplo) o intervenir en los procesos democráticos; además, la UE juega un papel central en la lucha contra la desinformación.



Post verdad y Fake news


Post verdad fake news, dos conceptos interrelacionados que han suscitado gran interés tanto en el ámbito académico como en el político, sus significados guardan vínculos estrechos, en tanto que indican el grado de falsedad o falsabilidad (aclarar que se hablará de desinformación; la terminología noticias falsas está obsoleta), de los datos producidos por los medios de comunicación – no sólo los convencionales-, también los canales tecnológicos modernos. La autenticidad de esa información que resulta del producto de una narración mediática es puesta en cuestión desde varios perfiles. ¿La desinformación es sólo una cuestión nacional? ¿La desinformación en el contexto geopolítico, un asunto invisible? ¿Han escapado las fake news de las fronteras nacionales para inocular sus efectos nocivos en el tejido logístico de actores internacionales? ¿Qué medidas ha adoptado la Unión Europea sobre la materia?


Woman reading newspaper 2048x1541


Este tema demanda una reflexión acerca de los impactos que suscitan los medios de comunicación en el contexto internacional y geopolítico, además de ir más allá de lo que supone las fake news – término que se tendrá presente a lo largo del artículo-, el contexto internacional aguarda un entramado de peligros tecnológicos donde la comunicación política y la información juegan un papel cada vez más relevante en la agenda geopolítica de los actores internacionales. La Unión Europea también es un actor importante en el análisis y se comprobará el papel que juega en esta problemática que se nos presenta.



¿Fake news? ¿Desinformación? Sí, potentes armas desestabilizadoras.




La llegada de la modernidad tras el transcurso de numerosos conflictos bélicos y el paso por la guerra fría, donde los Estado-nación intentaron imponer su hegemonía; la Segunda Guerra Mundial con el auge del fascismo en Italia, el nazismo en Alemania y el comunismo en Rusia, no fueron hechos aislados, pues hubo un componente clave que dio un impulso a la campaña de todos estos partidos que posteriormente cometieron atrocidades inimaginables.


La propaganda es ese elemento que ha pasado desapercibido -en gran medida por la taxonomía en cierto caso-, como canal de comunicación potente que, como define Ángel Badillo (2019), es la voluntad finalista de influir en el público, de tal manera que hay un fin claro (ideológico, político), pero el uso de esta herramienta se justifica a expensas de su buen o mal uso, esto es, falsear la realidad, la información que se desprende de lo que transmite la propaganda – o re dibujar la realidad-, con el fin de persuadir. 


La Guerra Fría, una guerra económica, política y militar entre los bloques: occidental-capitalistas y el oriental-comunistas, no obedecieron sólo a confrontaciones armadas, sino que fue una guerra de información (Cull, 2008, 2012), la propaganda como arma de persuasión cognitiva sobre las masas que se vieron envueltas en el compromiso de apoyar a un bando u otro. Entonces los medios convencionales (la Televisión, la radio, la prensa escrita) eran el canal de información y manipulación más potente que incluso los aparatos ideológicos de los partidos políticos patentaron los medios de comunicación como suyos – a través de ellos lograron modelar las ideas y percepciones de la opinión pública en su favor-.


Hoy por hoy, los medios convencionales pasaron a ser secundarios y dieron relevo a los nuevos medios de comunicación que trajeron consigo la era digital – la digitalización de los medios-. El auge de las nuevas empresas mundiales de la información, los grandes monopolios que lograron hacer de la noticia, un producto, la mercantilización de los medios con la llegada de dos paradigmas: el modelo liberal (anglosajón), donde se pasa de la idea tradicional de las ideas como algo propio, intangible, a la “idea mercantilizada” donde esta es garante del pluralismo, tanto así que en la Europa Occidental, la acción pública compensa los desequilibrios del mercado (Siebert et al., 1956). Internet, las redes sociales (Twitter, Facebook) – grandes plataformas como Google-, expandieron el boom de la idea de la nueva “democracia digital”, donde la esfera pública tiene un espacio libre de normas, de restricciones, donde poder opinar, expresarse; las redes como medios masivos que generaron espacios de consumo público a nivel mundial – la leak-ocracia


Sin embargo, el fenómeno de la digitalización ha trascendido a un plano mayor; las campañas electorales no sólo han mejorado sus estrategias propagandísticas, sino que han ganado terreno en las redes sociales con un uso masivo para propagar sus mensajes – aquí yace el problema de si la información ofertada es realmente veraz y fiable-. El auge de los populismos en el mundo – es especial en EE.UU y Europa Occidental-, tienen mucho que ver con el poder de los medios de comunicación (el cuarto poder), lo partidos de extrema derecha han recurrido constantemente a las redes y a los medios digitales para difundir sus mensaje de tintes xenófobos, discursos anti inmigración y patrióticos que han calado en el tejido social de una manera abrumadora. 


¿Ha contribuido la esfera mediática a la difusión de información veraz? La desinformación y las fake news están detrás de las victorias de partidos como el Frente Nacional en Francia, Movimento cinque stelle en Italia, el Partido Flamenco en Bélgica, o VOX en España (no gobierna pero ha conseguido resultados electorales bastante importantes), estos partidos han logrado distorsionar la realidad, falsear datos empíricos y ello con la contribución de los medios digitales que callan sus verdaderas opiniones para darle al público lo que quiere escuchar, y lo que la industria mediática quiere dar.



¿Qué medidas ha adoptado la UE para hacer frente a este problema?




La Unión Europea no se ha quedado atrás y ha puesto en marcha nuevas medidas para atajar el problema que no solo lo es términos de democracia sino también para la seguridad de todos los Estados miembros y de sus sociedades. Uno de los proyectos que la UE ha puesto sobre la mesa es el denominado “Código de Buenas Prácticas sobre Desinformación” y es común para todas las plataformas. Esto permitirá aplicar las mismas medidas para todos sin importar de qué red se trate.


La Comisión Europea explicó que con esta nueva medida, lo que se trata es de garantizar  de alguna forma, la transparencia sobre los contenidos patrocinados ( la publicidad de carácter político), de la misma forma que se podrá proporcionar  una mayor claridad sobre el propio funcionamiento de los llamados algoritmos. También se garantizará la seguridad de los consumidores a la hora de acceder a los motores de búsqueda para encontrar noticias con distintos puntos de vista; la ayuda de los verificadores y las autoridades públicas será esencial para detectar páginas falsas. La Comisión también ha propuesto la creación de una red europea independiente de verificadores de información, con el objetivo de garantizar una mayor alfabetización mediática para apoyar el espíritu crítico hacia el contenido publicado en las redes y también dar apoyo a la información plural y de calidad desde el punto de vista de un periodismo neutral.


Conclusión



La creciente polarización social como consecuencia de la llegada del ecosistema digital y las nuevas redes sociales, supone en gran medida una amenaza que sólo se puede combatir con consecución de unas políticas públicas eficaces que creen espacios de educación y cultura digital e informativa, tanto a nivel nacional como transnacional sin coartar las libertades fundamentales. La participación activa de la sociedad y la alfabetización digital es requisito indispensable, esto debe expandirse a todos los niveles territoriales y educativos, de esta manera evitar el solapamiento de la identidad propia al margen de los medios de comunicación. 


La Unión Europea también deberá reforzar la cooperación en materia tecnológica y aunar esfuerzos para unir a los actores de la red y contar con un equipo profesional de fact checkers para luchar contra la desinformación y los bulos que puedan perjudicar gravemente la estabilidad de las democracias y generen desequilibrios geopolíticos. Establecer estrategias de cooperación a largo plazo, será de suma importancia así como generar sinergias, en especial buscar la colaboración del Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE) y demás actores para reducir las amenazas híbridas y ataques por parte de actores geopolíticos externos como Rusia.



Bibliografía




Badillo, A. (2019, 14 de Mayo). La sociedad de la desinformación: propaganda, << Fake News>> y la nueva geopolítica de la información. Instituto El Cano, 2-30. http://www.realinstitutoelcano.org/wps/portal/rielcano_es/contenido?WCM_GLOBAL_CONTEXT=/elcano/elcano_es/zonas_es/lengua+y+cultura/dt8-2019-badillo-sociedad-de-desinformacion-propaganda-fake-news-y-nueva-geopolitica-de-informacion

Fresno, M. (2018, 19 de Marzo). Post- verdad y desinformación: guía para perplejos.Tribuna, p5. https://elpais.com/elpais/2018/03/16/opinion/1521221740_078721.html

Soutollo, S. (2019, Junio). Relación entre la viralización de Fake News y el auge populista. Trabajo de Fin de Grado, p 46. https://repositorio.comillas.edu/xmlui/bitstream/handle/11531/28294/TFG-Soutullo%20FernAndez%2C%20Sara.pdf?sequence=1&isAllowed=y

Romero, L, M. (2011). La Manipulación Informativa y la Desinformación: La anomia de los receptores y el fomento de las víctimas propiciatorias. Universidad de Almería, p 17. https://www.academia.edu/1200126/La_manipulaci%C3%B3n_informativa_y_la_desinformaci%C3%B3n_La_anomia_de_los_receptores_y_el_fomento_de_v%C3%ADctimas_propiciatorias

Milosevich-Juaristi, M. (2017, 20 de Enero). El poder de la influencia rusa: la desinformación. Instituto El Cano, 1-5. http://www.realinstitutoelcano.org/wps/portal/rielcano_es/contenido?WCM_GLOBAL_CONTEXT=/elcano/elcano_es/zonas_es/ari7-2017-milosevichjuaristi-poder-influencia-rusa-desinformacion

Tuñón, J., Oleart, A., & Bouzas, L. (2019, 15 de Agosto). Actores Europeos y Desinforación: la disputa entre el factchecking, las agendas alternativas y la geopolítica. Agencia Europea de la Educación, la Cultura y el Audiovisual (EACEA), 2(18), 245-255. https://revistadecomunicacion.com/article/view/1296

Horacio, M. (2006, 10 de Octubre). Comunicación Pública, Comunicación Política y Democracia: Un Cruce De Caminos. Universidad de Medellín, 5(9), p 13-27. https://www.redalyc.org/pdf/4915/491549032001.pdf

Barco, L. (2018, 26 de Abril). Europa, contra las “fake news”; esto es lo que deberán cambiar las redes sociales. Hipertextual, p 1-3.